Uñas de color
Lo acepto, existe una relación aunque no es directamente proporcional entre mi paz diaria y el verme las uñas pintadas.
Lo que más veo de mí misma a lo largo del día son mis manos tecleando en la computadora y claro que verlas lindas me hace sentir arreglada pero más que eso, me recuerda el compromiso conmigo misma... De estar ahí para mí.
Como si fuera un recordatorio muy peculiar diciéndome a mí misma “we´re here, we´re doing our best” Me he acostumbrado a verlas pintadas durante 15 años, casi diario y normalmente ya no les pongo atención pero en alguna distracción que logran atrapar mi atención pareciera que una vocecita me dice “Y aquí seguimos y no nos rendimos” y si….
El 98% de las veces lo hago yo misma y es un pequeño ritual de 30 minutos donde logro prácticamente meditar mientras lo hago, escuchando MÍ música, la música que produce mi mente mientras lo hago que provoca un momento rico para generar ideas y de ser consciente de mis pensamientos, un instante delicioso.
Muchas veces pienso “ojalá siempre encuentre tiempo para seguir haciendolo” pero la realidad es que nosotros somos responsables de hacer espacio para esos pequeños rituales que aunque parecieran superficiales, significan tanto.